Blog de Héctor Santcovsky

un blog para reflexionar sobre política, sociedad y retos de futuro

14/4/12

New York , New York o…..las lecciones vienen de USA: sin confianza no pasará nada

Si una de las características de la posmodernidad es el fin de la idea de progreso, podemos afirmar que esta crisis reúne casi todas las características de la posmodernidad más radical: banalidad, pensamiento débil, fuerte presencia mediática, simplificación de discursos, liderazgo frágil y de comunicación limitada y muy centrada en mensajes poco ideológicos, o quizás mejor dicho fatalista - aideológico. Si no fuese por lo contundente del impacto individual y social podríamos estar hablando de “crisis líquida” parafraseando a Bauman.
Pero como siempre hay alguien con poder y suficientemente creíble como la prensa americana tenemos hoy en toda la prensa local la editorial del New York Times quien critica abiertamente las recomendaciones del directorio europeo para España con razonamientos tan simples que son de sentido absolutamente común. Si no hay productividad y políticas inversoras no hay ingresos, no hay posibilidad de cobrar impuestos ni capitalizar el estado, por lo tanto no se podrá salir de la crisis. Es un callejón sin salida, con una enorme por no decir hegemónica responsabilidad de las entidades financieras que una vez, aclaremos que no será la última, desresponsabilidad en el estado de los mecanismos y recursos para sortear la crisis.
La novedad es que la crisis no se superará con las políticas actuales y aparte evidencia todas las contradicciones del capitalismo español: miopía, falta de musculatura del gran capital nacional (poco existente y muy concentrado en el sector bancario y la construcción, dos de los principales causantes del desaguisado que presenciamos), en fin grandes contradicciones que nos llevan a una situación absolutamente no preparada para el momento actual.
Pero lo que quiero señalar en este escrito, es la transmisión de la confianza. Si de algo han pecado los líderes europeos es la transmisión de la absoluta desconfianza en casi todos los países y la mayoría de los actores: todos los del sur, y sindicatos, trabajadores, sector público. Las razones las conocemos. El principal tenedor de la deuda privada son bancos de los países que imponen los criterios. Por otro lado se propone una solo tipo de paquete de medidas: reducción de déficit, achicamiento del estado, austeridad, no producción de nuevos gastos, reducción de plantillas de personal, etc. Medidas aplicadas y fracasadas en el sudeste asiático y América Latina en la década de los 90, mediante del llamado “Consenso de Washington” que tenía el mismo modelo que se intenta aplicar ahora en Europa y fracasó estrepitosamente.
Si como dice el sentido popular el único animal que tropieza siempre con sus mismas piedras es el hombre, podemos entendemos que el directorio europeo - también seres humanos a la fin y a la postre - no querrá fallar a ese principio, no sea que traicione una larga tradición de equívocos.

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12/4/12

El FMI y la cuestión de las pensiones

Que duda cabe que el don de la oportunidad nunca ha sido un punto fuerte en los organismos internacionales. Diría más, si hiciésemos propia la sentencia de Duke Ellington que “los problemas son oportunidades para demostrar lo que se sabe” nos encontraríamos con otro de los fiascos a los que nos tienen acostumbrados los diversos portavoces del fatalismo económico – histórico que conforman la larga pléyade de consultores de ciertos organismos multilaterales de financiamiento, abusando una vez más de falta absoluta de sentido de la oportunidad, y por ende una importante ignorancia de los problemas reales que conforman el tema en cuestión.
Las pensiones siempre son un buen termómetro de cómo se quieren poner en cintura un país. Es casi risueño leer recomendaciones que hablan de fondos privados, cuando aun duran en USA los ecos de la rapiña que han significado las quiebras (fraudulentas y muy poco receptoras de medidas punitivas) de ENRON o Lehman Brothers que han dejado en la más absoluta ruina a mucha gente que tenía todos sus ahorros en dichas entidades. ¿Y, ha pasado algo? Pues no, solamente que hay más pobres mayores de 70 años en USA y que en muchos restaurantes de comida rápida encontramos ancianos limpiando las mesas y sirviendo burritos o hamburguesas. Inclusive el propio ayuntamiento de Nueva York ha creado una línea de trabajo para proteger a este colectivo, como una “política más” para la tercera edad. (formación ocupacional, oficina de empleo, etc.)
Lo que no se dice es que ahora una inyección de dinerito fresco de contribuyentes miedosos en fondos de pensiones sería una balón de oxígeno formidable para las maltrechas finanzas del capital internacional occidental. Así y todo, poner dinero para que un grupo de jóvenes desaprensivos y poco cerebrados jueguen al casino financiero (invertir con dudosos criterios que van más allá del rápido beneficio) desde Singapur (por poner un ejemplo) sin prestar atención a las necesidades reales de los países (y si no que le pregunten a Rajoy, Montoro y De Guindos el valor de sus esfuerzos y recortes delante de un mercado tan ávido de sangre y carnaza fresca) no es muy estimulante para los ahorros de muchas personas.
Por último, el tema es que se necesita aumentar el número de cotizantes en economía productiva y competitiva. Y eso se hace con más inversión real, más jóvenes capacitados en el mercado de trabajo, más emprendimiento y más exportación. Y eso es lo que puede salvar el sistema. Lo siento, disminuir la productividad y solo atacar el tema desde el ahorro personal no es el camino. Particularmente porque si no se trabaja, dudo que se pueda ahorrar. Y, preventivamente, si es tan grave el tema lo que cabe es aumentar vía impuestos y cotizaciones de trabajadores y empresarios la participación en la cesta jubilatoria. Lo otro es el viejo cuento del esfuerzo ciudadano y la privatización de los sistemas previsionales. Y ese ya le conocemos, y solo hay que preguntarles a argentinos y chilenos que tal les ha ido.

9/4/12

¿Entendiendo el presente?

Qué duda cabe que estamos delante de una situación muy compleja a la cual parecería que nadie tiene suficientes y adecuadas respuestas. Podemos considerar que ninguno de los modelos económicos, políticos e ideológicos han logrado imponer de manera clara y preponderante una cierta impronta a la evolución histórica de nuestras sociedades en los últimos años.
Seguramente muchos dicen que quien ha ganado en todo este proceso ha sido el capitalismo en su versión más liberal, pero cualquier caso lo único realmente destacable es que lo que se ha impuesto es un indecente modelo económico del cual lo único que podemos decir de manera simple y sin rodeos es que ha empobrecido muchas economías de regiones y países, instaurado en la miseria amplios sectores de la sociedad y en realidad han aportado muy poco al crecimiento colectivo de la sociedad.
Lo más tragicómico de todo este proceso es la ausencia absoluta de alternativas, ya suficientemente explicado en multitud de artículos sobre la crisis en lo que se recalca sistemáticamente es que a la falta de opciones diferentes a las vigentes.
Parecería que finalmente ha ganado la tesis de una cierta finalización de la historia tal como se entendía en el discurso la modernidad, particularmente desde Marx. Es por eso los grandes debates estaría relacionado con el hecho de tratar de entender que lo que está pasando.
De manera muy sintética observamos un fenómeno de globalización en el cual coinciden 7 aspectos que evolucionan de manera muy disímil pero que confluyen en una cierta construcción social de la realidad:
- La primera radica en la evolución de la realidad económica caracterizada básicamente por la tendencia hacia la liberalización de los mercados, en una escala planetaria, con un proceso de desregulación constante del sistema financiero, factores que han provocado una de la debacle más importantes en la historia humanidad, aún de escasísimo conocimiento de los efectos que tendrá en la economía real de la mayoría de los países del mundo.
- Segundo aspecto es una evolución significativa en el campo de innovación tecnológica que abarca no sólo los aspectos estrictamente técnicos de la información y la comunicación (ancho de banda, nuevo materiales, avances significativos en el campo de la biotecnología, incorporación masiva de la robótica la producción, etc.) y que influye de manera muy significativa en la producción del conocimiento, pero también de muchos de los contenidos informativos y culturales de nuestra sociedad.
- Cambio radical en la geopolítica con la emergencia de países "tradicionalmente" pobres que han evolucionado sobre todo gracias a la tecnología, pero también por el fabuloso ahorro de sus propias economías soberanas-teniendo en cuenta la terrible explotación de gran parte de la mano de obra que habitan dichos países-y que hace que los llamados “BRISC” cada día ocupen un espacio mayor en el juego internacional. En este caso se vienen a sumar las transformaciones en los llamados países del este, unos en Europa, otros vinculados de una u otra manera la antigua Rusia, en cualquier caso un mercado complejo, rico en recursos, y muy diferentemente realizado aquello que nos tiene acostumbrado en la cultura occidental, sin por ello mencionar la situación en estos países de la corrupción o los mercados laborales.
- Un cambio cultural que se caracteriza por conformarse por la proliferación de bienes idénticos en un mercado globalizado. Esta nueva forma de "capitalismo cultural" tal como señala Lipovetsky en esta nueva forma organizativa que llama cultura mundo y en la cual la cultura ya no solamente un ámbito de creación de significados sino por sobre todo un universo de producción, comercio, nuevas pautas estéticas, que banalizan y desnaturalizan el sentido de gran parte de la producción y difusión cultural.
- Un cambio en el orden de los valores de la sociedad donde lentamente se van diluyendo alguno de los aparentemente bienes intocables del discurso social y político de los tiempos de la modernidad. La pérdida de sentido y significación de aquellos valores sociales arraigados en nuestra cultura, imprescindibles que consideremos que estamos ante una situación compleja donde la cultura del todo vale, sálvese quien pueda, egocentrismo e individualismo asentado, sean los componentes primigenios de nuevas formas de organización ideológica de nuestra sociedad, muy en detrimento de que consideramos prácticamente intocable como elementos constitutivos una cierta cuestión social en el imaginario colectivo. Inclusive la propia Iglesia Católica se encuentra totalmente desconcertada delante de este nuevo fenómeno.
- La crisis de representatividad y legitimidad de la acción política viene a redondear alguna manera la certificación de un modelo que está prácticamente exhausto en lo que podía dar de sí, aunque seguramente se podrá mantener por mucho tiempo, difícilmente encontraríamos alguno mejor pero costo descrédito, deslegitimidad, pérdida de soberanía nacionales, pérdida de "soberanías políticas y sociales" (gran pregunta en muchos casos ¿mandan más el mercado que los propios gobiernos?), en fin una nueva situación que requerirá el enfocamiento radicalmente nuevos no sólo en los instrumentos como la política 2.0 sino particularmente en la forma de concebir una tipología de praxis acorde a las nuevas realidades.
- La profunda transformación de los mercados laborales, cambio que cuenta con diversos factores, ya sea la propia desregulación, los fenómenos de deslocalización, la absoluta disfunción entre las demandas laborales y las formaciones universitarias y profesionales, en síntesis una revolución tan significativa en el mercado de trabajo con implicaciones e impacto en infinidad de situaciones: condiciones, salarios, carreras profesionales, convenios colectivos, etc.
En síntesis no hacemos más en este artículo es describir la complejidad de una realidad que ninguna de las opciones políticas, pero particularmente la socialdemócrata, ha sido capaz de dar respuesta en la medida y contundencia que los retos representaban. De allí el terrible desconcierto de una gran parte de la población que no ha tenido otra forma de expresar su disgusto y su rabieta que negando el voto a las izquierdas en muchas de las confrontaciones electorales pasadas. También podríamos argüir la pérdida de liderazgo, a líderes poco heroicos y escasamente carismáticos - por no decir en algunos casos nada carismáticos - pero no por eso debemos renunciar a reformular nuevas estrategias de cara a tratar de combatir aquellos aspectos que antes se han mencionado y que han llegado a nuevo desorden societario que sin ninguna paradoja sólo perjudican los más débiles. Es por eso que tocar repensar, donde está la gente con que se relaciona porque pierden en confianza y cierto modelo de hacer política y sobre todo de ser representados. Si no somos capaces de responder a este marasmo y caos en este contexto actual seguiremos siendo prisioneros de un modelo que, al menos por ciclo histórico puede provocar un cierto tipo de oportunismo corto de vista que permitirá, en algún momento, volver a estar en la cresta de la ola, sin ver que detrás de ella viene un poderoso tsunami.