Blog de Héctor Santcovsky

un blog para reflexionar sobre política, sociedad y retos de futuro

29/4/10

La diagonal: pensar en otra clave de ciudad. Superar la intolerancia

El gobierno de la ciudad ha planteado a través de la Diagonal tres temas en uno. Repensar un aspecto crucial en la conformación de la ciudad, a la luz de 150 años del Pla Cerdà, proponer un modelo pionero en España y por descontado en Catalunya de consulta popular, y poner a debate las condiciones de una ciudad sostenible.
Es muy interesante ver como han llovido críticas de todos lados. Unos, criticando el hecho de brinda posibilidades de participación. Otros, que desde cuando se pone a consulta popular el contenido de una medida política. Unos terceros que si los jóvenes de 16 a 18 años tienen suficiente criterio para votar. Y los otros, de si un emigrante que acaba de llegar a la ciudad, o lleva en ella poco tiempo tiene fundamentos y conocimientos (nadie se ha atrevido, al menos no lo he leído a afirmar de si tiene derechos para participar en esta consulta)
A ese batiburrillo crítico conceptual no habría que quitarle la sal que representa el decir que el Alcalde lo hace en un afán y clave estrictamente electoral, y con beneficios para sí mismo en clave política.
Sobrarían los argumentos para rebatir todas y cada una de las opiniones, pero lo más importante, a mi parecer, es sobre todo el cierto desprecio, consciente o inconsciente, por la opinión de la gente, por los jóvenes, por los inmigrantes, y por todo aquello que señale un debate sobre una cierta alteridad
Lo que observamos en muchas de las opiniones críticas es una mezcla asombrosa entre intolerancia (rechazo por el voto juvenil o emigrantes), desprecio o como mínimo menoscabo por la participación, eludir los temas claves de sostenibilidad y movilidad. Contra una idea de crear un revulsivo que permita volver a discutir el presente y futuro de la ciudad, la respuesta es o inmovilismo o un desprecio sobre el nuevos componentes que pone sobre la mesa esta propuesta de movilización ciudadana.
El dilema es claro. ¿Sabremos entender que lo que ponemos a debate no es solamente el cambio de una calle? La miopía de ciertas posturas no ve más allá que la necesidad de tumbar una idea que no les conviene. ¿Pero están trabajando por el futuro de la ciudad, de la participación, de una nueva forma de entender el territorio?
El 17 de mayo todo el mundo tendrá que administrar resultados, y la coyuntura de los mismos puede limitar el debate real, de cómo se construye una ciudad desde una óptica diferente. Esperemos no perder la oportunidad y el aprendizaje para comenzar a pensar de manera diferente el futuro próximo.