¿Porqué la derecha cede a la ultraderecha? La decisión de Macron
Es una pregunta retórica. Lo que sí vemos y sabemos es que la ultraderecha aprieta tanto a la derecha que esta no hace más que inclinarse hacia ese punto de la balanza.
El caso de Macron, es curioso observar como de joven agresivo de banca de inversión, pasa a ministro socialista y termina montando un partido político personalista, que bandea, a veces con muy poca elegancia, de posiciones propias de un rey absolutista (bien en la tradición francesa) que le lleva a no tener inconveniente en ser "prisionero" de Martine Le Pen. Podríamos decir que también. Como está tan de moda en el comentario político y empresarial, está tocado por la varita del narcisismo, pero a eso nos referiremos en otro artículo.
La tradición absolutista no le viene de nuevo ni a él ni a sus predecesores. Diríamos que casi todos (exceptuando Hollande quizás) han ejercido su poder con soberbia político-intelectual. No nos olvidemos que tanto De Gaulle como Mitterrand, y hasta el propio Chirac presumían de vastos saberes literarios y políticos. Esta cultura es parte de esta última decisión y sus vaivenes electivos.
¿Es un hecho aislado? Diríamos que no, pero nos da pie a pensar porque los gobiernos de centro y centroderecha se dejan influenciar, de manera excesiva se podría decir, por la ultraderecha. Todos estos políticos, especialmente en Europa y América - de Asia sabemos poco, el budismo y el confucionismo provocan otras emprentas en sus dirigentes, independiente de la religión que profesen - se van poblando de dirigentes más débiles en carácter que los de la derecha más extrema, más soberbios en su idoneidad intelectual y capacidad política, más altaneros en su enfrentamiento con los adversarios.
En eso los Orban, Putin, Bibi, Trump no tienen miramientos. Encerrados en sus torres de marfil no tienen inconveniente en aparecer inclusive como dictadores. (Ya lo dijo Trump, dictador, al menos por un día). El problema es que la derecha racional y democrática, amilanada por la presión desde sus extremos, no está a la altura de las circunstancias. Y Macron no es menos. Y ha cedido, y ahora intentará manipular para aguantarse lo que haga falta.
¿Respeto a los resultados? No hace falta. Después de todo tiene la verdad. En eso se parece a los que quiere combatir. Como vemos volverse iliberal no es tan difícil. Falta saber como evitarlo.
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