Blog de Héctor Santcovsky

un blog para reflexionar sobre política, sociedad y retos de futuro

22/12/23

El Partido Popular no se pone al teléfono.

Escuchar hablar por teléfono en el medio de guerras, aunque sean político - mediáticas a muchos de nosotros nos evoca al gran cómico Gila, quien decía: está el enemigo? que se ponga.....Pues el Partido Popular parece que no quiere ponerse a resolver los retos que tiene Telefónica a raíz de la entrada de un fondo saudí en la empresa.
Cuando sale el Partido Popular como una tromba criticando la compra de acciones por parte del gobierno de telefónica, no podemos dejar de pensar en la excelente ocurrencia que tuvo aquel nuevo dirigente del PP -porque ya era bastante mayor cuando entró en la política y tan rápido salió- y prefería que fuese alemana antes que catalana, la electricidad española, corroborada por la presidenta Esperanza Aguirre.
No entender que muchos estados intervienen en la política económica y a algunos no les va nada mal ,es tener esto que se dice normalmente una miopía muy acentuada, es decir y con respeto por los miopes, no entender nada. 
El preservar y tratar de defender los aspectos de seguridad de una empresa de tanta importancia como telefónica es no comprender las necesidades que puede tener cualquier país del mundo para poder incidir en ese tipo de empresas que sean verdaderas tractoras de la economía por diversas razones, ya sea por su sentido estratégico, ya sea por la tecnología que utilizan, ya sea por el tipo de materias primas que intervienen y de las que dependen, o simplemente, a veces, por defender la posición del país cuando se siente agredidos - por decirlo de alguna manera - de un fondo soberano o de una gran corporación que puede esconder los intereses de la competencia.
En Europa existe una larga tradición de participación pública en las empresas, inclusive, durante los largos años de la democracia cristiana italiana, que forma parte del Partido Popular europeo era lo más normal del mundo las altísimas participaciones del Estado en empresas de aquellas que se denominan estratégicas.
Buen ejemplo de ello ha sido el caso de ENEL que es una empresa que tiene hasta un 30 % de participación pública y si le sumamos la participación institucional con fondos y seguros, alguno vinculado al cooperativismo, se llega al 70 % y no por eso es una empresa menos pública ni menos privada que otras que operan en los mercados internacionales. Y ni hablar del caso de Noruega, porque sería directamente un uso abusivo en esta reflexión, ya que como bien se  sabe Noruega es la socia mayoritaria de todo lo que significa la industria petrolera para no hablar de los países de Oriente Medio,  productores de combustibles fósiles con fondos soberanos, y directamente de China, que no hay nada que no sea del Estado por lo menos en un porcentaje no inferior a 50 % de regla general, lo cual nos dice algo del milagro chino tendrá que ver con la intervención del Estado.
A esta hasta altura del partido acusar de que estatismo aciertas políticas públicas es como mínimo pecar de ingenuidad, ignorancia, soberbia supina o simplemente enfrentarse por deporte. Por lo tanto más vale correr un estúpido velo sobre el tema y tratar de pensarlo en otra perspectiva.
Servirá en todo caso la participación del Estado para poder controlar mejor sobre todos los aspectos más críticos del servicio de telefonía, como por ejemplo, su llegada al medio rural, la atención  a los colectivos vulnerables, el acceso a la gente con pocos recursos, lo cual ayudaría a posicionar mejor la empresa y hacerla partícipe de la mejora colectiva del país.
Haría bien el Partido Popular de pensar en esos términos, y no de guiarse por las criticas obtusas de la crítica fácil.  Tampoco pasa nada cuando toca reconocer una buena actuación del gobierno, ya que más bien lo contrario demuestra honestidad y de respeto por decisiones que a veces no se nos han ocurrido los adversarios, pero ya sabemos que eso no sé eso no es una propiedad que hoy en día abunde en la política española, y seguramente en pocos lugares del mundo. 
Hay que felicitar al gobierno y hay que felicitar a Telefónica, porque no ha salido a resistirse como cuando los catalanes quisieron aumentar su participación en el negocio de la electricidad y el Partido Popular demostró una visión poco estratégica sobre el futuro energético de España.