Blog de Héctor Santcovsky

un blog para reflexionar sobre política, sociedad y retos de futuro

8/5/21

 Un equívoco innecesario

El resultado de las elecciones de Madrid dejan muchos aspectos que se pueden convertir en aprendizajes, siempre y cuando haya voluntad para ello.

El primer aspecto a tener presente es el equívoco de denominar a todo lo que no concuerda con nuestra visión de mundo en elecciones equivocadas y, en algunos casos, despreciadas sin intentar entender el porqué se producen ciertas situaciones.

En el caso de Díaz Ayuso el denominarla cómplice del fascismo no ayudó nada a la adhesión política, no solo eso, aquellos que no ven ni en Ayuso ni el Vox al Klu Klux Klan ni Aurora Dorada no acaban de entender la inquina.

Este posicionamiento que excluye un análisis riguroso, ponderado, objetivo y con contenidos plausibles del adversario, sin encarar un verdadero encuadre analítico solo puede provocar que amplios sectores no reconocidos en ese enfoque crítico, apoyen, aunque más no sea por efectos de simpatía emocional, estas opciones que si de algo nos deberíamos cuidar es de su tendencia a la simplificación, la polarización, la crispación limitada y al esbozo de ciertas tendencias que podrían abocar en posiciones claramente iliberales. No se ha de olvidar que el iliberalismo es una posición muy cómoda para los que gobierna, pero también para mucha gente que no se siente especialmente atraída por un modelo de relación alejado de sus preocupaciones principales.

Si nos fijamos, hasta en el tono y pose dramática, de la mayoría de los líderes, especialmente el de Podemos, su posición siempre era de reñir al personal, propio y ajeno, de moralización constante, de definición en función de posiciones dicotómicas y excluyentes, de mucha postura sostenida en un modelo testosterónico – Fumaral dixit – que no sirve para incluir a los que no comulgan con ese modelo.

Sin ideología clara, solo con promesas “ilustradas”, empantanados en crisis permanentes con propios y ajenos, sostenidos mayoritariamente en el “show political”, no se consigue grandes adhesiones.

Muchos políticos y comentaristas se han sentido tentados a descalificar per se a Ayuso y a despreciar los motivos que generaron una gran adhesión. En ese sentido Miguel Angel Rodríguez ha demostrado mayor habilidad para colocar su marco mental. Él sí entendió que había que no había de pensar como el “elefante” – en alusión al discurso republicano de USA – sino ofrecer aquello que se emparentaba con un cierto margen de libertad delante de una agresión del entorno difusa.

El objetivo era hacerla corpórea en el gobierno – al cual en el fondo se le responsabilizaba de la pandemia, y de aquí el decir “si yo gobernase el 100% estaría vacunado” – y sobre todo producir un fenómeno retórico de sinécdoque con la libertad que engloba lo que cualquiera desearía escuchar: libertad para salir, para cenar, para encontrarse con amigos, en un procesos de multisignificación que resumía el sentir colectivo.

En cambio decir democracia o fascismo, sobre todo para una gran parte de la generación votante, era un conjunto hueco.

Solo una observación importante. Esto ha pasado en un sentido, pero haría bien la candidata del PP no fiarse del préstamo. De los 65 diputados muchos más de la mitad podrían ser prestados, por la abstención, por el centro – izquierda, por Vox, por ciudadanos por descontado. Nadie ha de creer que esto es irreversible. Cada día el voto será menos fiel. Pero la volatilidad de la adhesión no se conseguirá recuperar sin una estrategia que se abra a las necesidades objetivas y a un marco mental que permita recuperar un votante que sus expectativas ya no son las que definieron el modelo de una izquierda que necesitará nueva interacción con la ciudadanía si quiere volver a tener la hegemonía social y política del país.