Blog de Héctor Santcovsky

un blog para reflexionar sobre política, sociedad y retos de futuro

26/12/11

Es la política, gestor

Si hiciésemos caso a la hemeroteca este titular sustituiría, en el imaginario derivado de un pensamiento colectivo de analistas y seguidores de la política, a la ya famosa sentencia de la campaña Clinton contra Bush, ”es la economía, estúpido”. Clinton nunca llegó a pronunciarla tal cual, según dicen ciertas fuentes biográficas del antiguo presidente de EEUU. Tampoco es intención ni momento de utilizar la frase de manera simétrica (ya que no se pretende descalificar el aspecto gestor del binomio), pero algo de eso hay cuando vemos la situación en la que se está sumergiendo la izquierda en muchos países, donde lo que se proponía como paradigma de gobernante era el del gestor más aplicado “de la clase” dejando de lado mucho de eso que denominamos la iniciativa política.
Hoy lo que observamos es una escasa y limitada respuesta desde la izquierda delante de la descripción y construcción de algunas de las razones que la llevan a esta situación de cierta desconexión de sus votantes y adherentes. Este distanciamiento no es homogéneo, tiene diversos grados y es achacado, con no poca asiduidad, al hecho de haber abandonado la idea de porque y como se debe hacer política y a la falta de respuestas de calado político delante de los cambios profundos que observamos en el entorno, particularmente relacionado con la crisis financiera.
Es bien cierto que el despiste en muchos casos ha sido monumental. No es menos verdadero afirmar que delante de la crisis actual la derecha, y sus pensadores, han operado en un registro eminentemente ideológico, sustituyendo razonamientos operativos científicos por axiomas de cariz dogmático, y descalificando desde toda perspectiva el valor de cualquier respuesta que se sustrajese de esa lógica conceptual imperante. En ese sentido la reacción del mercado – no el mercado al que el capitalismo nos tenía acostumbrado si no aquel que hace referencia a aspectos de la dimensión financiera del mercado – se ha instaurado como el valor supremo que rige las políticas económicas,…., y no solamente las económicas (reducción de prestacions, achicamiento del estado, etc.).
El que queremos indicar y reivindicar es que delante de modelos interpretativos al uso que ha practicado la izquierda el envite de la derecha es paradigmáticamente ideológico. El objetivo final es desmontar la construcción política más solvente de la historia de la humanidad encarnada en el Estado de Bienestar tal como lo hemos conocido. Pero el punto de flaqueza, que encierran las críticas como la gran sociedad de Cameron, o todo el andamiaje construido alrededor a las críticas de los valores y las políticas más representativas de este modelo, es justamente su nula respuesta a los nuevos problemas emergentes de inequidades, injusticias, debilitamiento de los más débiles tanto en prestaciones como en oportunidades, etc.
Es por eso que ser más “listos” o eficientes simplemente que los otros, como la izquierda ha pretendido como argumentación principal es poco útil. El combate no puede hacerse desde la gestión. Este es un terreno resbaladizo y lleno de dificultades. Ahora corresponde dimensionar de otra manera el sentido de la responsabilidad, que inevitablemente debe tener una lectura política. Solo atacar por el lado de la eficacia y eficiencia en las cuestiones de gobierno conlleva a que la gente no entienda nada y piense que es todo igual. Es por eso que toca ser contundente. Dudar, no actuar, no reaccionar no ayuda a ganar credibilidad y confianza, dos de los elementos claves para retornar a una hegemonía política, cultural y social en Catalunya.
Y la complejidad ha de ser aliciente e incentivo y ser la verdadera oportunidad para volver a tener la posición dominante que la izquierda tuvo en épocas pasadas. Ahora corresponde invertir la situación.
Si somos la izquierda es quien teóricamente mejor entiende lo que pasa con la crisis, en estos momentos cabe ser proactivo y ofrecer soluciones políticas a los retos actuales.