Blog de Héctor Santcovsky

un blog para reflexionar sobre política, sociedad y retos de futuro

8/12/09

Barcelona, por un lugar en el mundo

Hace un cierto tiempo Joan Subirats publicaba un interesante artículo en el diario El País sobre la relación de Barcelona y Madrid tratando de dimensionar, entre otras cosas, algunos aspectos que le podrían dar el papel adecuado a Barcelona, sabiendo que no es capital, y que en muchos momentos recientes ha vivido las ilusiones de ser la ciudad más importante de España.
Esta percepción que se ha ido construyendo sobre Barcelona, que Subirats relata muy bien, si bien no era exactamente así como deseábamos que fuera por parte nuestra, tampoco estaba exenta de una cierta verdad. Barcelona, más allá de singularidades que se dan en otros entornos (en Lyon, en Milán o en Frankfurt) ocupaba una plaza y una posición en España que excedía en muchos aspectos la función de la ciudad secundaria en política pero hegemónica en economía.
La crisis de cercanías, los episodios de cortes de energía, la falta de concreción en decisiones relativas a las grandes infraestructuras, entre otros factores, devolvió a una cierta realidad la ilusión de la capacidad de autonomía y emprendimiento que Catalunya, y muy particularmente Barcelona, hacía gala delante de sus propios proyectos y de las contradicciones y contratiempos. Muchos de estos problemas no eran resolubles con estrategia de autonomía de decisión, y demostraban con mucha crudeza la dependencia en todo sentido de aspectos claves del desarrollo de la ciudad.
Más recientemente el episodio de la prostitución en la Boquería (no por desconocido, menos morboso para ser tratado por la prensa) ha vuelto a poner en debate la situación global de Barcelona, los temas relacionados con el espacio público y la seguridad, etc. En cualquier caso ha entrado de lleno en el tema del orgullo de ciudad, que se ha visto enormemente afligido por el tratamiento mediático de los temas acaecidos. Más allá de la licitud de la libertad de expresión queda pendiente la arbitrariedad del tratamiento, sobre todo fotográfico, y en particular los efectos provocados en la ciudadanía en general.
Volviendo al tema del lugar de la ciudad en el contexto general el debate está servido. Cabe pensarse que toca hacer para tener el papel que se pretende ha de tener un projecto de ciudad que no es capital,...., de Estado, pero si de nación. Es curioso que la falta de comprensión sea de raíz española, pero no podemos decir que el papel de Barcelona en Catalunya sea simple. Cierto que ha mejorado notablemente con el gobierno de progreso del tripartito, pero aun algunos debates hacen que sienta Barcelona que no es exactamente comprendida en toda su dimensión. Seguramente las causas y raíces son diversos, y la más significativa es la falta de "identidad" exterior de Catalunya, pero ese factor no es óbice para no reflexionar originalmente sobre el papel de Barcelona en general, inclusive más allá de España y Catalunya.
En ese contexto no es entendible algunas sugerencias de los expresidentes Pujol y Maragall que apelaban a tomar iniciativas propias. Lo que volvía a plantearnos el tema que pagamos doblemente aquellos servicios que en otras comunidades venían por propi redistribución.
El Presidente Montilla expresaba muy acertadamente cuando apelaba al riesgo de desafección, en una situación que no hace más que beneficiar a las posturas que plantean la ruptura con España, desde la posición de víctima, ya que no me quieren. No nos olvidemos que siempre los catalanes hemos tenido una posición victimista respecto a España, de incomprensión y que Esquerra Republicana ha aprovechado de manera muy inteligente., inclusive en los espacios mediáticos de ámbito estatal para reforzar la posición, en realidad no me quieren.
Una identidad no solo es el producto de lo que quiero de mí mismo, o de la imagen que tengo y guardo de mi yo. La identidad también hace referencia a quien soy para el otro, que lugar ocupo, que vengo a representar.
En el caso de la política, cuando entramos en este tipo de debates observamos una situación genéricamente entendida como de incertidumbre estratégica. Los profetas tenían una respuesta muy interesante respecto del dilema y no era otra que ser tú mismo. Se habla de no sólo en la construcción de una identidad que se basa estrictamente su reafirmación sino que a veces requiere también hechos concretos.
Sin entrar en una perspectiva estrictamente fáctica no cabe duda que muchos de los recientes sucesos (crisis de cercanías, crisis energética, debate ciudadano sobre decisiones importantes a la ciudad, clima de cierto enfrentamiento gratuito en la política catalana, prostitución y espacio público, seguridad, etc.) empañe un debate auténtico sobre como construir ese modelo de ciudad que se referente para entender los procesos pasados y futuros.
Barcelona ocupó un lugar en el mundo, en muy poco tiempo, y sobrepasando inclusive la capital del estado. No dudaríamos en afirmar que los juegos olímpicos han tenido seguramente un papel inclusive mucho más importante que hoy, aun más, nos permite vislumbrar en una perspectiva histórica.
Delante de la Madrid provinciana, caótica, que también padecía toda las contradicciones del signo político, surgida una Barcelona emprendedora, llamativa en su organización y diseño de ciudad, que también formaba parte de este oasis que ahora parece haber comenzado a hacer agua por muchos lados. Barcelona no era tal oasis, el enfrentamiento entre la ciudad y el gobierno autónomo era impresionante, pero se vivió un momento de ilusión colectiva, que permitió pensar que estábamos delante de otro modelo de crecimiento de una ciudad en la actualidad. Si Barcelona en esos momentos soñó con ser una no capital pero que pesaba más que la propia capital.
Pero desde finales de los años 90 la cosa va cambiando de rumbo. Mucho se podría achacar seguramente al gobierno de la Ciudad, pero no se sería ajustado ni a la realidad y a la verdad. Barcelona ha sufrido y trabajado durante años contra una perspectiva de Cataluña provinciana que iba marcando un espacio de inferioridad y periferia. En ese contexto era imposible pensar y esquizofrénicamente en una Catalunya provinciana y en una Barcelona cosmopolita
Hoy Barcelona tiene la obligación de reencontrar su espacio como ciudad, superando cualquier tentación de ser una capital de provincias más, aunque sea la más importante, y buscando la seña de identidad en una construcción que desde lo político las ideas de liderazgo y orgullo de pertenencia a un proyecto colectivo.
En ese contexto, el de Barcelona si éste indisolublemente ligado al futuro de Catalunya como no puede ser de otra manera, pero si también es necesario liderar esa Catalunya que tiene que romper definitivamente con cualquier tentación provinciana y autárquica, que relega su posicionamiento en el mundo espacio económico, y a un rasgo identitario de diferencia, pero sin una percepción de capitalidad que le permita situarse en una perspectiva cosmopolita y universal, factores indispensables para hacer de Barcelona una capital con peso de todo tipo en este nuevo mundo globalizado.

Etiquetas: ,