Blog de Héctor Santcovsky

un blog para reflexionar sobre política, sociedad y retos de futuro

6/1/08

Sarkozy siempre ayuda a clarificar los tema. La ética en la política

Cuando vemos algunos de los comportamientos de determinados políticos, podemos concluir dos cosas: que se aprende poco de la historia, y que el sentido del ridículo no siempre abunda en la cosa pública. Eso nos lleva a pensar hacia dónde va la ética en el sector público, y en particular en determinados políticos.

La noticia de ciertas conductas políticas nos traen a la primera escena un debate que se vuelve más necesario que nunca sobre el papel de la ética en la cosa pública, y en la política particular.
Ya asumimos que la política no es un cuento de hadas, ni el paraíso terrenal. Pero una aproximación no ingenua, y realista, no tiene porque ser tolerante con cualquiera de las actitudes cuando vemos alguna de las manifestaciones más elocuentes de falta de criterio en ciertas decisiones, que a veces hasta nos llevan a tener una posición de vergüenza ajena No cabe ninguna duda que nos encontramos delante de un fenómeno que ha superado con creces cualquier tolerancia relación a lo que sucede a nuestro alrededor.La realidad supera con creces cualquier pensamiento avezado. Lo que hace que se pierde sentido del ridículo delante de la cosa pública.

En ese contexto se están dando, de manera lenta pero constante, nuevas actitudes, que creo marcarán de manera evidente los próximos años en los modelos de comportamientos, y que son los más valorados por la ciudadanía. En ese contexto el discurso sobre la ética retornará con mucha fuerza delante de un elemento emergente que hace referencia a la crisis de legitimidad.

Como en otras ocasiones, pese a lo mucho que hemos criticado a la democracia americana, encontraremos como la campaña irá progresivamente hacia ese escenario. Si no es otra cosa lo que proclama el candidato sino tiempo al tiempo. En realidad no deja de ser la puesta a la crisis de legitimidad y la cosa pública ha entrado a sufrir de manera muy importante. No debemos creer que la desafección es sólo un tema que afecta a la falta de interés. El tema de fondo es que afecta la falta credibilidad, de confianza, y en última instancia estos son dos de los atributos principales que tiene la legitimidad en su sentido actual.

El debate progresivamente en política seguirá corriendo de cómo ganar ese espacio de credibilidad. Unos apelarán auditorñias de gestión, o a ranking de ministros. Al principio les serán de mucha utilidad pero con el tiempo se verá que los ciudadanos más que eficiencia y eficacia más que mientras se den cumplimiento de promesas. Como decía un amigo mío si el problema es poner gestores en la política, lo mejor es ir con cazatalentos.

El planteamiento de un modelo donde se pide que la población considere a los gobiernos como la empresa donde participa con sus acciones, producirá un efecto contrario, en el que retornarán unos significantes que hagan retornar la confianza del ciudadano en el servicio público, en sus electos, y en la necesidad de creer que alguien está llevando por buen camino aquello con lo que ya comprometieron su voto

Estos aspectos expresan el momento del debate actual y en la necesidad de búsqueda de nuevos horizontes. Sería un grave error subestimar inteligencia ciudadana y confundirlo con un programa de economía de una televisión cualquiera, el magazine de mayor audiencia en un horario de tarde de las cadenas de mayor audiencia.